viernes, 26 de noviembre de 2010

RECOSTADA EN MI CAMA

Recostada en mi cama, con poco espacio, impaciente,
contemplo la luna a veces, que me mira y que sonríe.
Ella sabe, tantas veces, he sufrido por tu ausencia,
sabe también tantas cosas, que mi alma, le confiesa.

Mi amor a cuestas yo llevo, como se lleva una espina,
que sangra por tanta herida, que acecha a mi corazón.
Vida mía, sabes hoy, lo mucho que te preciso porque,
eres sueño, meta objetivo, que alumbra en la desazón.

Que no es tanto, que es nada el equilibrio se escapa
acaso la vida alcanza, cuando tu alma suspira, por
un amor que te lleva, quizás sin que tú lo pidas?
Mi cariño es infinito, como es infinita, mi vida.

Tanto yo debo explicar, si explicar no es el remedio,
si lo fuera tomaría, para probar si es veneno, que
corre por estas venas, que grabadas están en ti y,
cuando desean borrarte, tal vez,  prefieran morir.

Ni idea tienes las veces, que por mis ojos nublados
en mi inocencia de amor, una lágrima ha asomado.
Nada busqué pero creo, amarte así, si es bonanza,
yo juro que lo he ganado, pues te amo sin pensarlo.

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