Qué cuánto ayer yo te quise, cuánto te quiero hoy
mañana será lo mismo, es preguntarme ¿quién soy?
Arrancaste de mi vida, todo mal, que me asistía,
convertiste a mi destino en sol, un día de lluvia.
Tú eres el magnetismo, que me atrae tantas veces,
que me llama me confunde, trastorna hasta enloquece.
Nada pasó en nuestras vidas, más que respeto latente,
tantas veces lo confundo, con deseos de quererte.
Este amor como la hiedra, que trepa por las paredes,
no se cansa, ni empecina, sólo vive, así pretende ,
embelesa, si en tus ojos, una luz tuya, lo enciende.
Así pasando los días, me alimento diariamente,
no preguntando por qué, te conocí, sin saberlo,
cambiaría mi destino, con amor y sin tus besos.
No interesa todo esto, pienso amar es excelente,
te da luz y te ilumina, como estrella persistente.
Cada día, pido al cielo, ilumine nuestras vidas,
cuando te pienso, deseo, que regreses vida mía.
No es fácil nada se logra, por desearlo nada más,
vivir es una comedia, a veces, con triste final.
Mis fantasías me elevan, a un mundo casi perfecto
donde estás tú y yo, no hay nadie, sólo tus besos.
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